Cuando nos enfrentamos en una entrevista de trabajo es posible que los nervios nos jueguen malas pasadas.
Si tenemos en cuenta la cantidad de gente desempleada que hay actualmente es normal estar nerviosos en una entrevista puesto que te estás jugando tener un trabajo y salir de ese agujero negro donde hay millones de parados.
Pero nunca has de olvidar que los nervios, aunque puedas disimularlos con palabras, no puedes disimularlos con los gestos, y éstos pueden delatarte.
Por ejemplo, estar hablando y tocarte el pelo quiere decir inseguridad en lo que estás diciendo, lo mismo que si miras hacía otro lado cuando estás hablando (siempre has de mirar a los ojos al entrevistador).
Otro de los gestos que pondrá en alerta al entrevistador es que mantengas las manos cerradas o con las palmas sobre la mesa, eso querrá decir que no eres el todo sincero. Y lo mismo querrá decir si cruzas los brazos (protección sobre algo).
Eso sí, os aconsejamos que, en una entrevista, no os preocupéis tanto por los gestos como por sentiros tranquilos, más que nada porque acabaréis pensando más en no hacer nada que pueda restaros puntos y estaréis demasiado tensos.
