Gestionar por competencias es gestionar las personas teniendo en cuenta sus cualidades y conocimientos (habilidades y destrezas).
La lógica de este modelo supone que, a la hora de gestionar personas para que desarrolles sus actividades con un óptimo nivel de desempeño son necesarios:
– Poner a su disposición los medios adecuados (riqueza del contexto).
– Generar el máximo interés (motivación, compromiso, entusiasmo,… muchas veces autogenerado)
– Saber y valer para hacerlo con el nivel de excelencia requerido.
La idea principal del modelo gestión por competencias es que sólo se pueden hacer bien las cosas si se saben hacerlas.
El saber siempre fue importante. Hoy es un imperativo.
El incremento de la competencia y la complejidad de muchas operaciones requieren conocimientos y, además, ese conocimiento difícilmente puede estar en una única persona. Por tanto, es necesario compartir conocimientos para generar soluciones complejas.
La velocidad del cambio hace que el conocimiento se vuelva obsoleto en poco tiempo.
Por lo tanto:
– El conocimiento es importante.
– Hay que integrarlo con el conocimiento que poseen otros.
– Se vuelve rápidamente obsoleto: hay que alimentarlo (aprendizaje/formación).
– Y además… En la actualidad, el conocimiento se vuelve cada vez más valioso: Hay que competir.
Las competencias laborales son, por tanto, las unidades del conocimiento, los elementos que posee un individuo y que son imprescindibles para desarrollar con éxito una actividad.
Son unidades relacionadas con su manera de ser, de pensar y, finalmente, de actuar.