En los últimos días se han publicado estadísticas sobre el desempleo con resultados aparentemente contradictorios que no provocan más que confusión en todos aquellos que no conocen los métodos de cálculo de estas cifras.
Por un lado, la semana pasada la noticia era que el paro había llegado hasta 4.910.000 personas a finales del primer trimestre de 2011. Estas cifras se referían al cálculo del paro según la EPA (Encuesta de Población Activa) que elabora el Instituto Nacional de Estadística. Llegando a una tasa de desempleo del 21,29%, tasa que no se daba desde 1996 cuando la economía española estaba en fase de recuperación de la crisis de mediados de los 90.
Sin embargo, hoy la noticia ha sido que el desempleo baja en abril respecto a marzo en 64.309 personas llegando a un número de desempleados de 4.269.360. Este cálculo se ha realizado a partir del desempleo registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (antes INEM).
Nos encontramos por tanto con una diferencia de casi 700.000 desempleados entre unas cifras y otras. ¿No es mucho? ¿Cuál es la cifra real de parados en España? ¿La que nos indica la EPA o el INEM? ¿A qué debemos hacer caso, al incremento importante durante el primer trimestre o al descenso durante abril?
Lo cierto es que esta maraña de cifras y cálculos proporciona una variedad de interpretaciones enorme entre gobierno, oposición, sindicatos y patronal, ya que cada uno ve las cifras según su conveniencia.
Así, el gobierno siempre quiere ver que aunque aumente el desempleo lo hace en una proporción menor que en meses y años anteriores. Interpretación que se puede discutir ya que lo lógico es que cada vez aumente el desempleo menos con la cantidad enorme de parados que hay, pero es “obligación” del gobierno interpretarlos de esta forma.
La oposición siempre va a opinar que los datos de desempleo son malos, ya sean en términos absolutos o relativos a cualquier año o trimestre, buscando para ello la comparación que demuestre que son malos datos. Al igual que antes, es “obligación” de la oposición interpretar los datos de esta forma y echar las culpas al gobierno.
Los sindicatos van a valorar también negativamente los datos de desempleo, ya que siempre es malo que haya gente en paro y además, se reclaman reformas o se discuten las reformas llevadas a cabo por el gobierno.
La patronal opinará casi siempre a raíz de las cifras que todo se solucionaría abaratando el despido y permitiendo los llamados “contratos basura” o con disminuciones de salario de los trabajadores.
