RRHH

El aspecto en una entrevista de trabajo

Pongamos un ejemplo práctico de una entrevista de trabajo.

En él hay dos candidatos, uno de ellos muy trajeado, con un maletín donde guarda pulcramente el currículo. Tiene una carrera y varios cursos relacionados con el puesto de trabajo. A una serie de preguntas reacciona más o menos bien aunque se le ve nervioso en sus reacciones y temeroso quizás de exponer su opinión.

Por otra parte tenemos a otro candidatos que nos viene en vaqueros y camiseta. Lleva el currículo en la mano y está manoseado. Posee también una carrera y varios cursos relacionados con el puesto. Su aspecto no es el más adecuado que digamos, tiene un piercing, el pelo despeinado y largo y, aunque se sienta y comporta respetuosamente, hay algo que no nos gusta.

A las mismas preguntas formuladas responde de forma inmediata dándonos la respuesta adecuada o incluso rebatiendo la misma hasta encontrar él mismo una decisión acorde con la empresa y los trabajadores al mismo tiempo. No duda en hacernos preguntas y en cuestionar algunas veces nuestras propias respuestas.

¿Y bien? ¿A quién le darías el puesto?

Pues bien la solución, sobre dos candidatos para un puesto de trabajo con perfiles profesionales iguales pero distinta forma de afrontar la entrevista.

Así mismo os hacía la pregunta de a quién contrataríais y por qué. Pues bien, aunque está bien que las personas se «contengan» a la hora de expresar su opinión en una entrevista, nunca podemos dejar de hacerlo. Nosotros no estamos ahí para demostrar que podemos ser sumisos y hacer lo que se nos manda, tenemos que ser activos, demostrar de lo que somos capaces y llevarlo a cabo.

El segundo personaje nos dejaba ver que es una persona a quien no le importa lo que piensen los demás en cuanto a su aspecto, pero sí es competente, y así lo demuestra, con aquello que ha estudiado y ha dedicado su vida. Como os comenté, él pone en duda algunas afirmaciones que le da su entrevistador, ofrece sugerencias, duda de sus propias afirmaciones y llega a una conclusión que, quizás, no se le había ocurrido a nadie. ¿Por qué? porque es capaz de mirar de forma objetiva, a esa persona no le importa si le despides o le aplaudes; él no está para complacer, está para llevar a cabo su trabajo de la mejor forma posible y, señores, ese sería un valor único en cualquier empresa.

¡Qué mas da cómo vaya vestido o cómo se divierta! Lo que importa es el trabajo y la dedicación en el trabajo, no el aspecto físico que, muchas veces, hace que obviemos buenos candidatos.

Soy Licenciada en Ciencias del Trabajo y Diplomada en Relaciones Laborales. Durante mi formación me especialicé en Recursos Humanos (RRHH)

One Comment

  • Andrea

    Personalmente pienso que siempre es mejor una persona que no expresar su opinion y aun mas si es acertada.
    en este caso el ultimo personaje seria un asierto.

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