No creas que es fácil hacer ‘buenas’ recomendaciones sobre este tema. Encontrarás tropecientas páginas que te digan lo que debes hacer antes de la entrevista: que previamente revises la información corporativa de la empresa para poder lanzar algún comentario que demuestre que al menos te has molestado en averiguar; que llegues 15 minutos antes, que vayas aseado, peinado, trajeado y oliendo bien pero de manera sutil… vale, estas son las recomendaciones “básicas”, sensatas y que no hay que dejar de escuchar.
Son los aspectos sobre los que tienes control exclusivo tú: la hora a la que llegas (si es preciso, acércate días antes para asegurarte que conoces el trayecto), la imagen con la que sales de casa, acordarte de llevar una copia de tu CV y cualquier otro documento relevante (portfolio…), la amabilidad con la que tratas a la gente, cómo te has preparado, y la ilusión que llevas contigo por lograr, por fin, este puesto que tanto te apetece y tan bien encaja contigo.
Ya que versiones más detalladas de esta información las puedes encontrar en un montón de sitios distintos en la red (todas dicen más o menos lo mismo), creo que te puede resultar más interesante que me centre más en cómo debes enfocar la conversación con el entrevistador.
La negociación
La entrevista debería enfrentarse como una conversación entre dos profesionales que están valorando si hacer un negocio – tú ofreces tu talento, trabajo y compromiso y ellos las condiciones en las que te van a dejar desarrollar este trabajo y el precio que están dispuestos a pagar por ello para empezar, piensa que él/ella a priori también quieren que tú seas la persona idónea, y cerrar el proceso lo antes (y mejor) posible; básicamente en la entrevista van a evaluar tres aspectos:
– Averiguar si eres la persona correcta para cubrir el puesto.
– Valorar tu potencial de crecimiento.
– Decidir si encajas en la cultura y ambiente de la empresa.
Es decir: no pienses que estás en una posición de inferioridad, estáis ambos valorando si os interesa realizar una transacción comercial. Pero aun siendo así, lo que te interesa en esta fase es abrirte las puertas a una posible oferta -ya tendrás tiempo de valorar si te interesa aceptarla o no-, por lo que lo más sensato es que enfoques la primera entrevista para hacer una buena venta de tu producto (tú).
La estratégia
Identifica tus puntos fuertes y véndelos.
Vale, tu estrategia en este punto es esa: hacer una buena venta de tu producto. ¿Y cuál es la fórmula más eficaz de venta? te lo digo: mostrar los beneficios personalizados del producto. Casi nada!. Debes ser capaz de identificar qué aspectos de tu forma de trabajar, conocimientos o experiencia son los que más valora la empresa por ser los que la van a ayudar a solucionar sus problemas o necesidades, y demostrarlos con ejemplos (historias) aplicables.
¿Cómo? Toma lápiz y papel. Pregúntate: en mis puestos de trabajo, ¿qué dificultades se me han planteado, que he conseguido superar, y cómo lo he hecho? y escribe al menos tres o cuatro por cada puesto. Este ejercicio te debe dar una idea muy clara de cuáles son tus habilidades, tus ventajas competitivas. Por otra parte haz una lista de los aspectos claves, de los requisitos de la empresa y del puesto de trabajo, y une ambas cosas: lo que mejor sabes hacer y lo que más le va a interesar al seleccionador de ti: esa es tu ventaja competitiva y en lo que tienes que hacer más hincapié.
Aprovecho para recordarte cómo te expliqué en el artículo anterior que debes transmitirlo: la mejor manera de dejar huella en una entrevista, de ser recordado, es si eres capaz de ilustrar tus fortalezas con historias. En vez de simplemente responder “soy un gran trabajador en equipo”, que será lo que conteste todo el mundo, tienes que ser capaz de contar una historia que lo refleje y demuestre: “saco el mayor rendimiento trabajando en equipo: de hecho, teníamos que hacer un cambio drástico en el sistema de trabajo y el planteamiento de los puestos de front-office, y lo que hice fue organizar un equipo de trabajo que se encargara de la definición…” etc. Es decir: ve preparado para ilustrar tu valor añadido con ejemplos concretos, historias interesantes que dejen constancia de tu valía y hagan que el entrevistador “se imagine” teniéndote en el equipo y solucionando sus necesidades.
Si logras ir bien preparado a la entrevista, y sobre todo, con una idea muy clara de qué es lo que le puedes aportar a la empresa y cómo se lo vas a explicar, tienes mucho avanzado. Mi última recomendación es que lo practiques. Busca a alguien de confianza y simulad que hacéis la entrevista. De esta manera te verás en situación, te verás a ti mismo contestando y eliminarás parte de la ansiedad. Suerte!.
María L. Moreno - zumodeempleo.com
4 Comments
sole
no creo mucho en estas cosas. cuando te quieren contratar lo hacen, y si tenés un amigo dentro mejor.
nati
la verdad esta bueno esto pero trate de hacerlo y no se me ocurre ninguna situacion como para relatar una historia… no sé podrian dar un ejemplo no?
María L. Moreno
Hola! me encanta
Saludos!
María
entrevista de trabajo
respecto a las entrevistas de trabajo en mi caso personal yo me prepare con una empresa que prepara esencialmente para afrontar de mejor forma las entrevistas de trabajo ya sea como responder los test dependiendo de tu profesion .. conductas preguntas.. etc
saludos