Acoso dentro de la empresa
Acoso - Mobbing

Modos de Acoso moral en el trabajo

A continuación relacionamos algunos modos de acoso moral presente en el trabajo:

El aislamiento

El acoso es una patología de la soledad. Su objetivo prioritario son las personas aisladas. Las que tienen amigos están fuera del radio.

Así son presas fáciles las madres que educan solas a sus hijos y los trabajadores que se hallan en una situación precaria.

Si la persona tiene amistades en el trabajo, intentan aislarlas y situarla en una especie de exilio interior. El agresor aísla a la persona que tiene en su punto de mira para que no pueda quejarse ante los demás. Sobre todo si se trata de un superior jerárquico que fija a su antojo las reglas de comunicación: no hay que hablar con este o aquel empleado, que no acceda a tal información, etc…

Los nuevos métodos de gestión de empresa compartimentan cada vez más el trabajo de cada individuo. En ese contexto, es más fácil aislar a la persona de la que uno quiere desembarazarse.

El trabajo, un pretexto para el ataque personal

Lo que se pretende es atacar a la persona en sí, el trabajo no es más que un pretexto para deshacerse de ella, sea llevándola a abandonar físicamente los lugares, sea destruyéndola psicológicamente y sometiéndola, para que deje de ser molesta.

Hay más acoso moral en las profesiones en las que la tarea que hay que realizar es difícil de definir y que,  por lo tanto, permiten una cierta elasticidad. Por eso en los  sectores productivos hay menos acoso pero más violencia directa, mientras que, en los sectores administrativos, la violencia es más solapada.

Los primeros actos de acoso en el trabajo que aparecen conciernen a menudo a los atentados contra las condiciones de trabajo. Para desestabilizar a alguien, basta con poner de manifiesto sus errores, darle objetivos imposibles de llevar a cabo, etc…

Ataque a lo íntimo

Al acosar a una persona no se pretende criticar su trabajo, sino que el objetivo es ella. El objetivo es dominar a cualquier precio; para ello, se empieza por abatir al otro atacando sus puntos débiles, con lo que la persona pierde la confianza en sí misma. Se pretende acorralarla reprochándole cosas íntimas y sobre todo haciéndole reconvenciones muy concretas. No se trata de solucionar un conflicto sino de establecer una correlación de fuerzas.

El objetivo del acoso es desestabilizar al otro con el fin de dejar de tener ante uno a un interlocutor incapaz de responder. Para ello se instaura una desigualdad o se refuerza la que ya existía por el vínculo de la subordinación.

¿Qué puede ser más íntimo que lo sexual? Los insultos proferidos respecto a los hombres víctimas del acoso moral conllevan muy a menudo ataques a la identidad sexual y a la virilidad.

Los ataques machistas o sexistas respecto a las mujeres se manifiestan esencialmente por ataques a su feminidad.

La pérdida de sentido

El acoso moral en el trabajo es desestructurante, lo vuelve a uno loco. Marginan a una persona, la maltratan, la humillan sus compañeros o un superior sin que tenga los medios para comprender por qué, sin que le digan que le reprochan. En un intento por comprender, la persona apuntada se pierde en una espiral de autoinculpaciones sin fin.

La mayoría de las veces esto sucede porque ha tenido la desgracia de no tener buenas alianzas sociopolíticas, o porque es diferente, o porque sus cualidades profesionales la hacen amenazante para alguna otra persona. Hay perversión en el trabajo, en el sentido de que se ha perdido de vista la finalidad del trabajo para quedarse solo con la lucha por el poder. ¿Qué poder? Un poder subjetivo, un poder inmediato, un éxito aparente.

Soy Licenciada en Ciencias del Trabajo y Diplomada en Relaciones Laborales. Durante mi formación me especialicé en Recursos Humanos (RRHH)

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