Tanto si se trata de fichar empleados competentes para una compañía determinada como de establecer una plataforma de profesionales freelance que sea capaz de trabajar en red con la máxima eficacia y fluidez, lo cierto es que encontrar colaboradores cualificados, responsables y brillantes en el mercado actual no es tarea nada fácil. Por eso, saber cómo y dónde descubrirlos resulta muy importante para cualquier actividad de carácter empresarial. Una vez detectados, encontrar la manera de retenerlos y motivarlos es, más que una estrategia, un verdadero arte al cual la esfera de los negocios dedica más atención y recursos cada día que pasa.
¿Cómo es posible identificar primero y contratar, retener y motivar después a los profesionales más convenientes para hacer que una empresa o negocio funcione de la mejor manera posible?
Esta pregunta encierra, sin duda, una de las principales preocupaciones del mercado laboral desde el punto de vista de los departamentos de recursos humanos, las agencias de colocación y las redes profesionales basadas en el trabajo colaborativo. La gestión del talento es una área tan sumamente importante para las empresas de hoy en día que el Bill Gates la ha definido en pocas palabras: “Si veinte personas concretas dejaran Microsoft, la empresa quebraría”. Como muchísimos otros empresarios de éxito, Bill Gates conoce muy bien el valor de un profesional con potencial.
En primer lugar, es necesario saber qué se está buscando exactamente en un colaborador, pero esto que parece tan obvio no suele resultar nada sencillo cuando hablamos de conceptos como “potencial”, “talento” o “habilidades”. Por suerte o por desgracia, no existe máquina en el mundo capaz de medir el potencial de las personas ni su nivel de implicación con el trabajo. Entre un colaborador extremadamente trabajador pero poco preparado y otro con un talento innato aunque nada motivado, ¿cómo es posible dilucidar cuál de ellos ofrece mayor potencial y puede asegurar mejores resultados?
Buena parte de la respuesta a esta pregunta reside en la pasión. La pasión por lo que se hace, por el trabajo que se desempeña, es el principal pilar sobre el que se construyen el talento y las habilidades relacionadas con cualquier actividad. De poco sirven una buena preparación, unos estudios de primera magnitud y una experiencia incontestable si no se tiene pasión. Por lo tanto, a la hora de buscar profesionales competentes y con potencial no hay que investigar solamente su trayectoria y conocer sus habilidades más o menos técnicas sino que resulta igualmente imprescindible conocer con qué pasión, con qué nivel de entrega, realizan sus tareas diarias.
Conocimientos versus sentimientos. Aquí reside el quid de la cuestión, porque no cabe duda de que ambos conceptos son igualmente importantes en el ámbito laboral. Toda persona que consiga equilibrarlos en su balanza interior se llevará el gato al agua, porque no puede haber profesionalidad sin conocimientos ni talento sin pasión.
Encontrar colaboradores perfectamente equilibrados en este sentido es, valga la redundancia, una tarea apasionante. Entonces, ¡manos a la obra!
